FINAL FELIZ

Nuestra amiga "cuentista" nos regala un texto para el final de este año.

Ella ha decidido aplicarse el dicho de "año nuevo, vida nueva", desde aquí le deseamos que sea para bien y para muchos años. Le pedimos que nos deleite de vez en cuando con sus colaboraciones y le ofrecemos nuestra gay-amistad.

¡¡feliz año nuevo para todos!!

Buscando palabras para #unfinalfeliz                                                                  SoledadRuipérez

Voy a escribir algo bonito que de verdad merezca la pena.Algo que me haga sentir orgullosa de mi capacidad creativa.

Es Navidad. Podría engendrar, cual Virgen María, por obra y gracia del Espíritu Santo, un cuento,con final feliz y ganarme el reconocimiento de algún editor,retomando así mi trabajo de plumilla.

Mi tabaco. ¿Dónde he puesto el tabaco? Siempre me vinieron los grandes titulares con un pitillo entre los labios. Aquí está. Ahora necesitoel diccionario y mi “Corripio”, mi manual de sinónimos.

Bueno a ver que hay por aquí.La curiosidad me puede, voy a buscar el significado exacto de mi nombre, Soledad: Carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Lugar desierto, o tierra no habitada. Pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo.

No, no, no. Esta palabra es muy triste.No me sirve para un cuento con final feliz.

Empezaré por el principio del diccionario. A ver esta:Abacá, nombre de una planta de unos tres metros de altura, que se cría en Filipinas y otros países de Oceanía. Su fruto, que no se pudre, se lleva como bastimento en los barcos.

Esto de no pudrirse debe de ser muy normal en Filipinas, me viene a la cabeza la imagen de Isabel Preysler.Lo cierto es que la sonrisa de esta señora está muy unida a la Navidad, la veo posando estupenda y feliz junto a un hermoso árbol. “La Preysler” es a la Navidad como Ana Obregón al verano en Mallorca.

Apago el cigarro y cambio de tercio;por este sendero no van a encontrar los pastorcillos de mi Belén un final feliz.

Voy a las últimas páginas del diccionario y elijo otra palabra: Zutano. Suena bien. Se utiliza para  aludir a alguien cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar después de haber mencionado a otra u otras personas con palabras de igual indeterminación, como fulano o mengano.

Ahora estoy pensado en Iñaki Urdangarin y si no quiero nombrarle, por no dañar su imagen, puedo decir, “un zutano que jugaba al balonmano y se casó con una infanta de España y como tenía una gran habilidad con sus manos, antes marcaba goles y ahora arrampla millones”.

“Zutano” me gusta porque también la puedo utilizar para referirme, por ejemplo, sin decir su nombre, por no dañar su imagen, a un señor que era tan bueno, tan bueno con sus “más mejores amigos” que siempre le regalaban trajes y trajes y él a cambio les ofrecía trabajillos.

“Zutano” ¡qué gran palabra! también la puedo utilizar para hacer alusióna un señor que vive en un peñón, no, no es el de Gibraltar, pero bueno,le pertenece. Se trata de uno cuya estancia es una isla y que se ha enfadado con un francés y con una alemana y ha decidido ir a su libre albedrío.

¡El libre albedrío! Ese sí que es un bonito tema, como diría el gran José Luis Cuerda, “bien usado no tiene desperdicio”.

Hoy en mi diario de cabecera he leído que la “sede de la mente humana, el córtex cerebral, contiene 100 billones de sinapsis o conexiones entre neuronas”.  No sé cuántas de esas conexiones habrán tenido lugar mientras escribía, quizá ninguna.Siempre he tenido un cerebro “muy cerebral”. De lo que estoy segura es de lo que siente mi corazón y sé quebombeará a toda velocidad con la sensación de un final feliz, si he conseguido despertar tu sonrisa.